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martes, 19 de febrero de 2013

Ratzinger: ¿Enemigo de la Humanidad?

En los últimos días, uno de los temas que ha causado revuelo mediático ha sido la renuncia del papa, Joseph Ratzinger. Mi seguimiento a algunos de los principales medios de comunicación me estrelló con la triste y vigente realidad, el Perú y Latinoamérica aún son bastiones del catolicismo. Ese dogma, falso, retrógrado y dañino para la humanidad, que poco a poco va cediendo en países con mejor acceso a la educación, la ciencia e información en general. 


Mi seguimiento mediático finalmente se enfocó en el Comercio y la República. El primero con un editorial (Cooperador de la Verdad) que parece salido directamente del departamento de prensa del Vaticano y que no puede ir más en contra de la verdad, porque simplemente no tiene más líneas. El segundo, con un intento de objetivadad más respetable (pugnas en el Vaticano, entre otros) pero que aún se queda solo en intento. En el caso de los medios informativos que lanzan alabanzas y loas a Ratzinger, no puedo evitar el preguntarme, ¿por qué lo hacen? ¿realmente lo creen? ¿hay presión de algún tipo? o ¿es una mezcla de ignorancia y pereza periodística? 
Ratzinger tiene un pasado oscuro, un pasado que poco a poco va saliendo a la superficie y que lo único que indica es que la inmoralidad de la iglesia tiene características monumentales y del que prácticamente nadie se salva. No hay forma de que los miembros de las altas cúpulas de la iglesia católica puedan decir que no sabían lo que estaba pasando. En los artículos: El gran encubrimiento católico, y El papa no está por encima de la ley, el reconocido periodista y ya difunto Christopher Hitchens hizo un recuento de las actividades de Ratzinger, que lo llevan prácticamente 25 años atrás, citando casos de pederastía en diferentes partes del mundo, frente a los cuales el ahora papa no hizo nada más que encubrir a los autores, suspendiéndolos momentaneamente sin castigo alguno, reubicándolos y ordenando los respectivos arreglos extrajudiciales para evitar que los escándalos salieran a la luz. Como consecuencia, muchos de esos pederastas no tardaron en volver a la carga al no haber conocimiento público de su pasado inmoral. No solo ello, sino que en el 2001, Ratzinger cardenal en ese entonces y cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición), recibió la encomienda de Juan Pablo II para investigar los casos de violaciones y torturas a niños a manos de sacerdotes católicos. En Mayo de ese año, lejos de hacer realmente su trabajo, Ratzinger envió una carta confidencial a diferentes obispos, recordando la extrema gravedad del crimen ... de reportar los casos de violación y tortura. Las acusaciones debían ser tratadas exclusivamente dentro de la iglesia; como era de esperarse, aquellos pecadores que pedían perdón y juraban lealtad, eran perdonados, recolocados, sus casos archivados y los arreglos judiciales de ser necesarios llevados a cabo. Peor aún, un caso bastante lamentable fue el de los niños sordos de Wisconsin, que por años recibieron abusos sexuales del reverendo Lawrence Murphy, Ratzinger recibió cartas de más de un arzobispo sobre el problema y potencial escándalo gestándose en esa escuela, lejos de hacer algo al respecto o proceder con discresión, los niños fueron amenazados y tratados como ingratos y pecadores por insinuar que el reverendo en cuestión pudiese hacer semejante atrocidad. 
El legado de Ratzinger no solo se reduce a los encubrimientos de estos escándalos, sino que también se encargo de que la iglesia en muchos aspectos volviera a sus raíces más ortodoxas e intolerantes, con mensajes tan antagónicos, por decirlo menos, hacia los grupos LGTB (homosexuales), posturas antiaborto, o uso de preservativos. Estas dos últimas, la fuente de tanta miseria en países pobres, sobre todo en Africa, donde los hijos no deseados nacidos en familias pobres y numerosas, sin posibilidades de educación, prácticamente solo tienen un destino por delante: pobreza y violencia. 
El creyente común y corriente, que en nuestro país muy probablemente sea católico, seguramente encontrará mi postura ofensiva, absurda e ignorante. Eso es lo que en resumen pude extraer de la carnicería de adjetivos que se vierten en algunos de los foros cuando se mencionan los "pecados" del papa o su legado como tal, sé que no son todos, pero al parecer es una mayoría contundente. Me pregunto: ¿Cuántos libros o artículos, además de la biblia (a medias) han leído los defensores más recalcitrantes del catolicismo? ¿Por qué no pueden aceptar que hay otros grupos de personas, que no son ni buenos, ni malos, sino que simplemente son diferentes?¿Les parece lógico "dar la otra mejilla" o "perdonar" a semejantes depredadores sexuales y encubridores, que solo generaron tanto sufrimiento de gente inocente? 
Nuestro sistema de justicia no se centra en lo bueno que alguna vez uno pudo haber realizado; sino que, sin importar el pasado, si uno comete un crimen, éste se juzga. 
Respondiendo a la pregunta del título, Ratzinger: ¿Enemigo de la Humanidad? Un rotundo SI.

Actualización:

Mea Culpa Maxima: Silencio en la casa de dios.
Un documental que hace un recuento de la monstruosa magnitud de los casos de pederastía en la iglesia católica. Las altas esferas de poder en el Vaticano sabían lo ocurrido, lo supieron por décadas.


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